lunes, 7 de julio de 2008

Padre Jorge Adur 1980-5 de julio 2008


Jorge Adur, capellán del ejército montonero

"Estoy con Montoneros porque para mí ellos son la síntesis de las últimas décadas de la historia de la lucha del pueblo argentino por la justicia y por la liberación de mi patria. Estoy con Montoneros desde que se fundó la organización. Mi compromiso ha tenido distintos niveles, desde el comienzo, en 1969. Mi compromiso es ideológico, político, pero nace de la fe y toda mi militancia revolucionaria no es incompatible con la fe. Necesariamente la fe exige.
Así, con estas palabras, el sacerdote asuncionista argentino Jorge Adur respondía en julio de 1980, en Porto Alegre, a la revista brasilera Denuncia. No había sido la primera vez que se definía con toda claridad como cura montonero. En realidad, Adur, era "capellán" de Montoneros. Poco después era secuestrado y desaparecido.
El padre Adur asumió como capellán de Montoneros el 1 de julio de 1978. Desde la clandestinidad, la organización se ocupó de distribuir la Carta al pueblo argentino que el cura escribió comunicando su decisión de "asumir personal y públicamente" la capellanía. De tal forma, para Adur aquel era un ejército del pueblo y la Iglesia que él representaba, no podía sino acompañarlo. Esa carta decía así:
"Antes que nada es el Evangelio el que me dice: "cuando alguien te pida hacer mil pasos con él, harás dos mil..." (Mt.5.4l)
"Pongo entonces mi sacerdocio y mi vida religiosa en la Iglesia, al servicio de todos, porque la más alta expresión de la caridad a la cual tendemos los cristianos, se expresa en la política como un instrumento social exigido por la justicia. Este servicio es junto a aquellos que se entregan con la más alta abnegación y enfrentando heroicos riesgos (...)
"He vivido diecisiete años de sacerdocio sin descansos, con los pobres y los ricos, con los oprimidos y los sin voz. Hoy les anuncio con alegría que continuaré junto a los que amo, asumiendo el desafio de la hora histórica. Difícil prueba para nuestro pueblo, pero seguro camino para la pacificación y la libertad.
"Desde la Iglesia, a la que todo le debo y por la cual todo lo he perdido, comparto los destinos de los hombres que viven y mueren por los grandes intereses del pueblo. Como en otros momentos no menos dolorosos, pero extremadamente esperanzadores, recuerdo aquella frase evangélica: "No hay más grande amor que aquel que da la vida por los suyos,
sus amigos" (Jn. 15.13)."
El padre Adur se incorporó como capellán con el permiso y consentimiento de su orden, que era la Congregación de los Padres de la Asunción.
Jorge Adur fue un militante entrañable y a la vez, tenía una vocación religiosa conmovedora. Nunca participó personalmente de ninguna operación militar, jamás agarró un fusil, no hizo nada que tuviera que ver con la violencia.
Fuente: www.elortiba.org

Hoy más que nunca se hace imprescindible mantener viva la memoria y el recuerdo de aquellos compatriotas que dieron su vida por dignificar la de sus hermanos.
EL CESyP Rodolfo Walsh rinde un sentido homenaje a quién como Camilo Torres, Mons.Angelelli y tantos otros optaron por los más humildes, con un oido en el evangelio y otro en el pueblo.

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